Martin Scorsese, un cineasta legendario con una ilustre carrera que abarca más de cinco décadas, ha vuelto a ofrecer una experiencia cinematográfica cautivadora con su última película, “Killers Of The Flower Moon”. A la anticipación se suma la pareja de dos actores icónicos, Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, que adornan juntos una película de Scorsese por primera vez.
Ambientada en el condado de Osage, Oklahoma, “Killers Of The Flower Moon” explora un capítulo oscuro de la historia estadounidense. La región toma su nombre de la Nación Osage, una tribu nativa americana que descubrió petróleo en sus tierras a principios del siglo XX. La nueva riqueza proveniente de las reservas de petróleo convirtió al pueblo Osage en el más rico per cápita de Estados Unidos en la década de 1920. Trágicamente, esta prosperidad se convirtió en el objetivo de los estadounidenses blancos oportunistas que manipularon y explotaron a la comunidad Osage, recurriendo al asesinato generalizado en su despiadada búsqueda de riqueza.
La película se centra en dos figuras de la vida real durante esta era de vergonzosa injusticia: Bill Hale (Robert De Niro), un magnate ganadero local, y su sobrino Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio). Ernest, un veterano de guerra, regresa al condado de Osage y acepta un trabajo como chófer para personas adineradas de Osage. Es aquí donde conoce a Mollie, una carismática mujer Osage interpretada por Lily Gladstone, de quien se enamora profundamente. Bill, conocido como “Rey Hale” por su prominencia, manipula a Ernest en un siniestro plan para salvaguardar la riqueza de Mollie, que implica gradualmente eliminar a los miembros de su familia para apoderarse de sus bienes. El poder de la película reside en su narrativa desgarradora, así como en los métodos escalofriantemente simples pero insidiosos empleados por una red de criminales locales para engañar y exterminar a la comunidad Osage.
Leonardo DiCaprio, en su sexta colaboración con Scorsese, ofrece una interpretación convincente como Ernest, un personaje retratado como sin educación y posiblemente con problemas de desarrollo. Aún no se sabe si la condición de Ernest es resultado de la guerra o si siempre había exhibido estos rasgos. Sin embargo, está lejos de ser ajeno a los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor y, a menudo, actúa como intermediario intrigante para orquestar los asesinatos. Robert De Niro, que aparece en su décima película de Scorsese, ofrece una interpretación escalofriante del sanguinario titiritero Bill Hale. Reverenciado por el pueblo Osage y con fluidez en su idioma, el personaje de De Niro encarna la destrucción de una cultura mientras oculta sus siniestras intenciones. La interpretación de Lily Gladstone como Mollie aporta una presencia luminosa y vulnerable a la pantalla, proporcionando un contraste devastador con la grotesca representación de Ernest por parte de DiCaprio.
La desintegración de la relación de Ernest y Mollie se transmite con notable sensibilidad, lo que permite a los espectadores empatizar con el dolor de Ernest cuando lo pierde todo. Al mismo tiempo, el público experimenta la angustia que sufre la nación Osage mientras su forma de vida es erradicada sin piedad.
Con una duración de 206 minutos, “Killers Of The Flower Moon” de Scorsese mantiene un ritmo deliberado, característico de los trabajos recientes del director. Si bien algunos espectadores pueden encontrar el ritmo pausado, el tema de la película merece una exploración exhaustiva. Las conversaciones entre De Niro y DiCaprio son ejercicios magistralmente elaborados de eufemismo inteligente, que realzan aún más la profundidad de la narrativa. La película es una de las obras más significativas de Scorsese, arroja luz sobre la erradicación de todo un pueblo y exige ser contada en su totalidad.
Aparte de las actuaciones estelares de DiCaprio, De Niro y Gladstone, “Killers Of The Flower Moon” cuenta con un elenco de reparto excepcional. Las contribuciones notables de Brendan Fraser, John Lithgow y Jesse Plemons, quien interpreta al agente del FBI que investiga los asesinatos de Osage, añaden más profundidad a la película. El impresionante trabajo de cámara del director de fotografía Rodrigo Prieto yuxtapone la belleza del campo abierto con la fealdad moral de la gente del pueblo que lleva a cabo las malévolas órdenes de Bill Hale. La inclusión de música popular de la década de 1920, canciones de nativos americanos y la partitura de blues de Robbie Robertson eleva la película a un western notable, dejando una impresión duradera en su audiencia.
Míralo en Village Cines.
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